APRENDIENDO DE SU HISTORIA
La máquina de escribir o maquinilla es un dispositivo
mecánico electromecánico o electrónico con un conjunto de letras que hacer
presionadas imprimen caracteres en un documento normalmente papel, la persona
que maneja este tipo de maquinas la llaman mecanógrafo.
Afínales de siglo XIX y principios del XX fueron herramienta
indispensable para las oficinas comerciales, la mayoría de escritores
utilizaron este tipo de máquinas, entre los primeros desarrolladores de la
máquina de escribir se encuentra peregryni Terry en 1908 muchas de estas
máquinas primitivas fueron fabricadas para que los ciegos pudieran escribir.
Entre 1829 y 1890 se patentaron en Europa muchas máquinas
de escribir, pero ninguna de ella llegó a comercializaste, el procedimiento
mecánico de escritura acelero el ritmo de la comunicación permitiendo a la
mujer ingresar a la mujer como dactilógrafa entre los siglos XIX y XX abriendo
camino a las maquinas eléctricas.
El primer modelo industrial,
fabricado en 1873 por Remington, estaba montado sobre una máquina de coser
estándar. El retroceso del carro se conseguía accionando un pedal similar al de
estas. En este modelo quedaron pendientes de solución dos defectos importantes:
la escritura se realizaba solamente con mayúsculas y permanecía oculta para el
escribano; además, la máquina resultaba de un tamaño desmesurado y embarazoso,
siendo por otra parte de un costo muy elevado, por lo que nunca llegó a ser
lanzada al mercado.
Hacia
1920, la máquina de escribir «manual» o «mecánica» había alcanzado un diseño
más o menos estándar. Había pequeñas variaciones de un fabricante a otro, pero
la mayoría de las máquinas seguía el siguiente diseño:
Cada
tecla estaba unida a un tipo que tenía el correspondiente carácter en relieve
en su otro extremo. Cuando se presionaba una tecla con la suficiente fuerza y
firmeza, el tipo golpeaba una cinta extendida frente a un cilindro que sujetaba
el papel y se movía adelante y atrás. El papel se enrollaba en este cilindro,
que rotaba al accionar una palanca cuando se alcanzaba el final de la línea.
Algunas cintas estaban divididas en dos mitades, una roja y otra negra, a todo
lo largo, contando la mayoría de las máquinas con una palanca que permitía
cambiar entre los colores al escribir, lo que estaba especialmente ideado para
los libros de contabilidad, donde las cantidades negativas tenían que figurar
en rojo como numero negativo.
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